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La valentía de empezar una peluquería en pandemia

(rtve.es) Laura García es una joven emprendedora de treinta años que se ha lanzado a montar un negocio, una peluquería en plena pandemia, con los precios de la luz desbocados y con muchos miles de españoles en ERTE, lo que hace más difícil sacar adelante este proyecto emprendedor. A esto hay que añadirle que su sector no tiene el IVA reducido, sino que paga el 21 %, lo que recorta considerablemente sus beneficios porque este impuesto no se le puede repercutir al cliente ante el riesgo de perderle.

Además, en la localidad donde ha abierto Garta Beauty Experience, Majadahonda, en la provincia de Madrid, hay muchas peluquerías y la competencia es feroz, con precios muy bajos, prácticamente tirados. Para Laura la solución no ha sido bajar los precios sino buscar su nicho de mercado y especializarse en una peluquería orgánica, que es diferente y se centra en el uso de productos naturales.

La ventaja de tener un negocio propio es que, según nos cuenta Laura García, “en tu propia peluquería puedes ser tú y trabajas a tu manera. Yo, por ejemplo, trabajo como me gustaría que a mí me trataran el cabello y aquí, al final, no tengo a nadie que me diga de qué forma lo tengo que hacer”.

Diez años de experiencia

La clientela de esta peluquería es joven y de mediana edad. Parte de su actual clientela ya venía de antes y le ha seguido en esta aventura, porque ya conocían su trabajo y sus diez años de experiencia.

Una de sus clientas, Marta Escudero, recuerda que la fundadora de Garta siempre le ha tratado el pelo y ha estado muy contenta con el resultado. Según ella, “la diferencia del trato entre una gran franquicia y una pequeña peluquería como esta es precisamente eso, el trato. Te conocen de primera mano y saben lo que te gusta. El asesoramiento también se adapta más a tu persona”.

Laura decidió abrir su peluquería en Majadahonda porque los últimos años estuvo trabajando en esa localidad y ya conocía la zona y a la clientela. Le gusta ese tipo de clientes y ha aprovechado el enfoque que le ha dado al negocio que se basa, principalmente, en la peluquería orgánica, en la que los productos utilizados no llevan químicos, no se utiliza amoniaco y son productos muy poco tratados químicamente.

Se ha especializado en ese tipo de peluquería orgánica y, tras la pandemia, ha ayudado a algunas clientas a “salvar su pelo” que se les caía incesantemente como efecto secundario de la COVID. Es el caso de María Jesús Tapial que señala que tuvo problemas porque “estuve con COVID mucho tiempo en la UCI y cuando salí se me caía mucho el pelo, a montones. Entonces Laura me lo estuvo tratando y me recuperé rápido. Y desde entonces vengo cada quince días. Me lo trató con productos naturales, con mucha paciencia y mucha empatía”.

Para poder abrir la peluquería, Laura se ha encontrado bastantes dificultades por las cuestiones burocráticas porque “te piden mover mucho papeleo, el tema de las licencias es bastante complejo y, por ejemplo, simplemente a la hora de empezar una reforma son muy estrictos”.

Para darse a conocer utilizan las redes sociales, principalmente Instagram, “porque hoy en día la gente joven se mueve mucho por ahí y es una manera de publicitarte como tú quieres, y al final pones ahí tus trabajos. También utiliza Facebook.

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